Como si no tuviera preocupaciones más acuciantes, derivadas de la muy complicada construcción de Sumar, Enrique Santiago, fiel escudero de Yolanda Díaz, continúa emperrado en saber quién colocó una bandera con las aspas de Borgoña en una comisaría de la Policía Nacional. El dirigente comunista que soñaba con asaltar La Zarzuela parece ser que está quejoso con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, porque no le ha dado «chicha» en el tema.

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