Un 28 de marzo, el mismo día en el que se apagaron Virginia Woolf y Miguel Hernández, se ha marchado en silencio la periodista cultural Anna Pérez Pagès. Con ella desaparece una manera de divulgar la cultura en televisión, entender la capacidad que tiene la pequeña pantalla para comunicar saber y conocimiento para todos los espectadores, entendiendo que hay cabida para todo, desde una producción teatral en una pequeña sala de barrio al último best-seller. Eso es lo que hizo desde el inolvidable sofá rojo del espacio diario “Àrtic”, en Betevé por el que pasaron creadores de todo tipo.

Antes había formado parte del equipo de otro programa barcelonés y televisivo de libros a recordar, “QWERTY”, con el recordado periodista Joan Barril, y que supuso el salto de Anna Pérez Pagès tras haber formado parte durante un tiempo de la redacción de COM Ràdio. Y antes había estudiado Filología Inglesa en la Universitat de Barcelona.

Fue la cara visible en programas especiales de Sant Jordi y en presentaciones de libros. Pero además de la letra impresa su otra gran pasión eran las artes escénicas, como demostró dirigiendo y presentando el programa de Betevé “A escena”.

En una época en la que el periodismo cultural es una competición y donde todo parece desembocar en la locura de buscar un clic, en sus programas, en sus intervenciones en medios como Catalunya Ràdio, RAC1, Ràdio 4, TV3 o El Periódico de Catalunya, ella demostraba una generosidad extraordinaria aplaudiendo y dando a conocer el trabajo de otros compañeros de profesión.

Cuando la dirección de la televisión municipal de Barcelona decidió cerrar “Àrtic”, pese al aplauso del sector o el reconocimiento con el ARC de la industria cultural, pasó a ser coordinadora de contenidos culturales de Betevé.

Un cáncer se ha llevado demasiado pronto a Anna Pérez Pagès, una de las mejores periodistas culturales que he conocido.

Et trobarem molt a faltar, Anna. Et guardaré, com sempre, el tíquet per la festa que hi ha després del Premi Planeta.

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