La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha cargado con dureza este miércoles desde Berlín contra la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD) durante el cierre del congreso de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU). «Los sirvientes del Kremlin, quienes desprecian la democracia y los extremistas no pueden asumir responsabilidades de estado ni tampoco en en la Unión Europea», apuntó en su discurso la que fuera ministra de la excanciller Angela Merkel. «La AfD hace propaganda para Putin y espionaje para China antes de las elecciones europeas», dijo, para criticar a continuación a la formación donde más le duele: «La AfD habla con grandilocuencia sobre el pueblo y la patria, pero luego traiciona a la patria por la espalda con los autócratas».

La política, nacida en Bélgica pero que ha hecho toda su carrera política en el estado alemán de Baja Sajonia, pidió a los europeos defender los valores y logros de la Unión en las elecciones de junio y no votar por opciones extremistas o populistas. De esa forma reaccionaba Von der Leyen a las críticas que había recibido en los últimos también desde las filas de su propio partido por haber sugerido en una entrevista que estaba abierta a pactar con partidos ultras en la Eurocámara si era necesario.

El diario Handelsblatt destacaba otro punto por el que Von der Leyen no es la política favorita en su partido: «Merz y el líder de la CSU (la Unión Cristiana de Baviera, partido hermano de la CDU), Markus Söder, le habían pedido que en un segundo mandato centrara más la atención en la economía y menos en la protección del clima». Es por ello que la política cristianodemócrata ha prometido en su discurso proteger la industria sin permitir el dumping de precios. Los puestos de trabajo deberían crearse en Europa, dijo, «y no al otro lado de la ruta de la seda», en relación a la principal competencia de China.

Sin embargo, un político que a priori nadie esperaría que alabara a Von der Leyen ha echado un capote a la presidenta de la Comisión. Se trata del ministro de Economía, Robert Habeck, miembro del partido verde Bündnis 90/Die Grüne. Su Ministerio y él mismo trabajan fantásticamente bien juntos, dijo en un acto público en Berlín. La presidenta ha apostado por el Pacto Verde, ha cohesionado a Europa y ha hecho lo que había prometido, aseguraba Habeck, que además de apostar por su reelección como presidenta llegaba a pedir más «competencia en materia de poder» para dicha posición ante los retos de la seguridad europea.

Von der Leyen ha pedido este miércoles más seguridad en forma de sanciones más duras contra quienes ataquen a los políticos, a raíz de los recientes episodios de violencia que han sufrido cargos públicos en Alemania. «Cuando hablamos de peligros para nuestra democracia no se trata solo de posiciones y de contenido, sino también de las personas y da igual si es un concejal, un alcalde, un diputado o un eurodiputado… tenemos que proteger a todos de los ataques que trabajan por nuestro país y sociedad democráticos», dijo la política, que es además doctora en Medicina y madre de siete hijos. Da lo mismo si es en su tiempo libre o durante el ejercicio de sus funciones, así como el partido al que pertenezcan: «Si esas personas no están seguras, nuestra democracia tampoco lo está».

Para el congreso de la CDU, en el que el lunes había sido reelegido el secretario general Friedrich Merz, viajó el miércoles el político ucraniano Petró Poroschenko, que se sentó en la primera fila. «Estamos del lado de Ucrania», recordó Von der Leyen ante los aplausos de los delegados. La jefa del Ejecutivo comunitario volvió a recordar la invasión ilegal de Ucrania, así como que Rusia no querría la paz, según ella. «Si el cálculo a sangre fría de Putin en Ucrania le sale a cuenta, ya no estaremos en Europa ninguno de nosotros seguros».

Tras Von der Leyen habló la presidenta del Parlamento Europeo, la maltesa Roberta Metsola. «En poco más de cuatro semanas deben votar 400 millones de europeos de los 27 países europeos», recordó. Los europeos se preocupan todos por los mismos temas, dice Metsola: los precios, el mercado de los alquileres o la compra de vivienda, la pobreza y la exclusión, así como del reforzamiento de la economía y el bienestar.

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