Las altas temperaturas varían los ritmos de muchas plantas, que ante otoños e inviernos templados florecen antes e incluso pueden llegar a hacerlo dos veces. Este enero, Javier Cano, jefe de la oficina meteorológica de Getafe (Madrid) de Aemet, se ha topado por primera vez en 44 años de observaciones ininterrumpidas en la Comunidad de Madrid con algún ejemplar de almendro en flor todavía con hojas verdes de la temporada pasada, que deberían haber desaparecido a finales del otoño o principios de invierno. “Es una anomalía que nunca había visto y se puede deber a que apenas hay heladas, necesarias para que el árbol se desprenda de esas hojas”, explica. Además, las primeras flores han surgido 16 días antes del 7 de febrero, la fecha promedio de inicio de la floración, tomando como referencia las últimas tres décadas.
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