En el minuto 103 de la vuelta de semifinales de Champions entre el Real Madrid y el Bayern, con 2-1 en el marcador y la clasificación para la final casi finiquitada en el Santiago Bernabéu, Vinicius perdió el balón en campo propio, Dier se lo dio a Kimmich y el alemán lo colgó casi desde el centro del campo al área de Lunin. Mendy despejó de cabeza, pero su rechace se quedó muy corto. Unas décimas de segundo antes de que Müller cabeceara la pelota y se la pasara De Ligt para que embocara el cuero al primer toque en la portería, el árbitro, el polaco Szymon Marciniak, pitó fuera de juego. Cuando el central neerlandés golpeó el balón con la derecha y marcó, varios jugadores del Madrid se habían parado tras escuchar el sonido del silbato del colegiado. De Ligt, Müller y varios miembros del banquillo del Bayern se desesperaron: se acercaron a Marciniak con los brazos en alto y le pidieron explicaciones por la acción, pero era imposible revisarla. El hecho de que el árbitro pitara antes de que terminara la jugada imposibilitó la ayuda del videoarbitraje.

Andriy Lunin, Nacho, Dani Carvajal, Rüdiger, Ferland Mendy, Aurelien Tchouameni (Camavinga, min. 69), Federico Valverde (Joselu, min. 80), Kroos (Modric, min. 69), Jude Bellingham (Eder Militao, min. 99), Vinicius Junior y Rodrygo (Brahim Diaz, min. 80)

Neuer, Eric Dier, Joshua Kimmich, Matthijs de Ligt, Noussair Mazraoui, Laimer, Gnabry (Alphonso Davies, min. 27), Sane (Kim Min-Jae, min. 76), Jamal Musiala (Müller, min. 84), Aleksandar Pavlovic y Kane (Choupo-Moting, min. 84)

Goles 0-1 min. 67: Alphonso Davies. 1-1 min. 87: Joselu. 2-1 min. 90: Joselu.

Árbitro Szymon Marciniak

Tarjetas amarillas Tuchel (min. 97) y Camavinga (min. 100)

El error de Marciniak estuvo precisamente en precipitarse. El polaco influyó en la acción de tal forma que dejó sin margen de acción al VAR. Al señalar fuera de juego —tampoco es claro que lo sea, y habría que haber visto qué dictaminaba la tecnología—, el colegiado desnaturalizó la acción: Lunin, Militao, Rüdiger y Mendy —el lateral francés incluso levantó el brazo derecho en cuanto escuchó el silbato y se puso a caminar— se desconectaron de la jugada durante un instante. Cuando De Ligt golpeó a portería se volvieron a activar, pero el error del equipo arbitral al señalar una supuesta infracción (el fuera de juego) antes de dejar terminar la jugada impidió revisar si esta se había cometido o no.

Los árbitros reconocieron el error nada más acabar el partido. Con los jugadores del Real Madrid celebrando la enésima remontada en Champions —sobre la bocina, Joselu marcó en tres minutos (en el 88 y el 91) dos goles— en un Bernabéu en éxtasis, el linier que levantó el banderín en el minuto 103 se acercó al banquillo del equipo alemán y les pidió disculpas por no haber dejado terminar la jugada. “El linier me dijo: ‘Lo siento, cometí un error”, contó De Ligt en la zona mixta. “Tenemos reglas en el fútbol, y la regla dice que si no es un fuera de juego claro —y no lo era, y he de decir que no he visto aún si era o no era fuera de juego—, tienes que dejar jugar. Y si en el último minuto pitas de esta manera, creo que es un gran, gran error”, razonó.

De Ligt dijo también que la jugada era una vergüenza y que 12 minutos antes no había pasado lo mismo en el segundo gol de Joselu. Tras un córner, el delantero gallego marcó a pase de Rüdiger, pero el otro linier indicó fuera de juego cuando la acción ya había acabado. El VAR comprobó que tanto el central alemán como Joselu estaban habilitados, corrigió el error y el tanto con el que el Madrid culminó la remontada subió al marcador. “Con el gol de Joselu sí dejó jugar y con nosotros no. Es increíble… Es fácil hablar del árbitro, pero al final lo han merecido”, concedió el central.

Al entrenador del Bayern, Thomas Tüchel, se le vio claramente molesto con la jugada en declaraciones a Movistar+ en la zona mixta. Preguntado por cómo podía explicar que el Madrid hubiera logrado otra remontada en el Bernabéu en los últimos minutos, el técnico contestó con una repuesta lacónica, casi sin ganas de hablar: “Que los árbitros tienen su efecto”. Más tarde, en rueda de prensa, dedicó más palabras a la acción polémica: “Tener los huevos y las agallas de levantar la bandera en esta situación es un error importante. Hemos ganado el rebote y tirado en cinco segundos, pero el árbitro decide pitar; va contra cualquier norma. Lo siento. Esto no habría pasado al revés”, se quejó. “Aceptamos las disculpas del árbitro, pero en una semifinal no es el momento de pedir disculpas. No es el momento de cometer infracciones tan graves. Los árbitros tienen que estar al máximo nivel y de nada sirve pedir disculpas. Si no es capaz de ofrecer su mejor versión, de nada nos sirven sus disculpas”, siguió Tuchel.

Tampoco evitó la polémica Carlo Ancelotti. El técnico italiano, al que el miércoles por la noche se le vio emocionado sobre el césped del Bernabéu tras conseguir llegar al Madrid por tercera vez a una final de Champions, recordó que Marciniak también anuló un gol a su equipo en el minuto 71 por un contacto de Nacho con Kimmich en el que ambos forcejean. Al final de la acción, el central pone sus dos manos en la cara del jugador alemán, lo empuja y este cae al suelo. “Pita [fuera de juego] y nosotros paramos. Este árbitro ha pitado la final del Mundial, es un árbitro de gran nivel. Nosotros nos quejamos del gol anulado a Nacho porque Kimmich se ha tirado, los dos se estaban agarrando”, apuntó Ancelotti.

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