La Conferencia de Rectores (CRUE) ha expresado en varias ocasiones su rechazo a la intervención de las tropas israelíes en Gaza y los secuestros de Hamás y ahora da un paso más y se compromete a “revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario”. Así lo han expresado este jueves en un comunicado tras la reunión mensual que reúne al consejo gestor de la conferencia.

Además, la CRUE, que reúne a 77 universidades públicas y privadas (no todas), hace suyo el “sentir de nuestros campus y la reivindicación que desde ellos se está extendiendo”. Es decir, apoya las acampadas que comenzaron este lunes en Valencia y que se han extendido a otros campus públicos de Madrid, Andalucía o Cataluña. Estas acampadas han recibido críticas de dirigentes populares como la presidenta madrileña Isabel Ayuso y el portavoz del partido, Borja Semper; y el apoyo, por otra parte, de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. También el ministro de Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy, ha reclamado a las empresas españolas en Israel que tomen medidas para no contribuir al “genocidio”

Los rectores se comprometen. así mismo, a “intensificar la cooperación con el sistema científico y de educación superior palestino y ampliar nuestros programas de cooperación, voluntariado y atención a la población refugiada”. Así como a “velar porque, en el ejercicio de la libre expresión, no se produzcan conductas, igualmente reprobables, de antisemitismo o islamofobia, así como a cualquier otro comportamiento de odio en el seno de las comunidades universitarias”.

Este jueves, a primera hora, el claustro de la Universidad de Barcelona había publicado un comunicado en el que, entre otras medidas, pedía la “creación de una comisión de investigación sobre posibles relaciones institucionales entre la Universidad y entidades que no cumplen el derecho internacional humanitario”.

Israel, pese a su pequeño tamaño, no llega a los 10 millones de habitantes, es potencia mundial en varios campos del conocimiento por la fuerte inversión y se demuestra en el ránking Shanghái, que mide la producción científica: posiciona siete universidades entre las 700 primeras del mundo, tres de ellas entre las 100 primeras, lideradas por Estados Unidos y Reino Unido. Mientras que en España, con 48 millones y unos campus públicos infrafinaciados, apenas las universidades de Barcelona y Granada se cuelan en la franja de 200 a 300.

La CRUE fue más tajante en el caso de la ruptura de relaciones con las universidades rusas tras la invasión de Ucrania, pero en esa ocasión se sumaban a lo acordado en la Asociación de Universidades Europeas (EUA). Tras una carta de 200 rectores y presidentes de universidades rusas de apoyo a Putin, la conferencia española emplazó a paralizar “con efecto inmediato hasta nuevo aviso” los convenios y comenzó un goteo de expulsiones de campus rusos de la EUA.

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