Las ocho islas canarias albergarán este sábado la primera manifestación conjunta de su historia y lo harán para protestar contra el modelo turístico de masas. Bajo el lema Canarias tiene un límite, las veinte asociaciones convocantes reclaman un cambio en lo que califican de “esquema de organización social y político depredador del suelo, contaminador de las aguas, destructor del patrimonio cultural y perjudicial, en general”. También proponen algunos pasos intermedios, como la regulación efectiva de la vivienda para garantizar el acceso a este derecho básico —estableciendo controles al alquiler vacacional y límites a la compra de casas por no residentes— y la implantación de una ecotasa turística que reinvierta lo recaudado en el cuidado y mantenimiento de los espacios naturales o en la creación de empleo verde. La organización ha convocado protestas en otras ciudades españolas y europeas como Granada, Barcelona, Madrid, Málaga, Berlín y Londres.

“No se trata, de ninguna manera, de turismofobia. Si tenemos fobia a algo, es a la mala gestión del modelo y a la política turística de crecimiento continuo que se sigue en Canarias y que consideramos totalmente equivocada y fallida, dando como resultado la destrucción de nuestro territorio y la pérdida de biodiversidad actuales”, señala el comunicado remitido esta semana por la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN). “El turismo de masas deja mucho dinero”, aseguró este jueves Enrique Reina, uno de los portavoces del movimiento, en una rueda de prensa celebrada en Maspalomas (Gran Canaria), “pero hay que preguntarse a quienes va y a costa de qué y de quienes”.

El Gobierno autonómico ha admitido que comprende y aplaude la convocatoria, pese a reclamar cautela para no generar nerviosismo en los mercados emisores de turistas. El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha asegurado este viernes que el reto demográfico en el archipiélago tiene que llevar a pensar sobre el futuro del modelo. Y eso conlleva responderse algunas preguntas. “Cuántos turistas deben venir, cuántos ciudadanos pueden albergar estas islas, cuántas infraestructuras, cómo vamos a abordar la movilidad”, ha lanzado, entre otras cuestiones.

El presidente de la patronal canaria, Pedro Ortega, reconoció esta semana a la Cadena Ser que el archipiélago ha entrado en un “período de reflexión” sobre el modelo económico al que no le tienen ningún miedo. “Tengo claro que se ha abierto un periodo de reflexión en Canarias acerca de nuestro modelo turístico, el motor de nuestra economía”, afirma Ortega, quien subraya un dato: el 40% de los trabajadores en Canarias dependen directamente del turismo. “Además, tenemos al sector primario que vende parte de sus productos a los turistas; también el sector industrial, que hace lo mismo; los transportistas que llevan y traen turistas, e incluso los comercios, que venden a los turistas”, asegura el representante de los empresarios. “Lo suyo sería sentarnos a hablar todos, soy muy partidario del consenso y el diálogo, pero analizando las posturas concretas”, añade.

Canarias cerró 2023 con una facturación turística de 22.000 millones, la más alta de su historia, con más de 16 millones de visitantes (es la tercera comunidad autónoma por número de turistas). En las islas, sin embargo, se concentran buena parte de los problemas que aquejan a todos los destinos turísticos de masas: los sueldos son los segundos más bajos del país (1.630 euros al mes de media), tiene la tercera tasa de paro más alta (16,2%, según la última EPA del INE), la segunda inflación más alta (3,5%, frente al 3,2% nacional) y la segunda tasa de riesgo de pobreza más alta (26,1%). Las islas sufren en la actualidad la peor sequía de su historia, y presentan problemas de suministro de energía y graves problemas de acceso a la vivienda —es la cuarta comunidad con el precio más alto de alquiler por metro cuadrado—.

La convocatoria ha ido acompañada desde el jueves 11 por una huelga de hambre de seis personas en la iglesia de La Concepción de La Laguna (Tenerife). Uno de los huelguistas tuvo que ser atendido el martes por una hipoglucemia severa. Los activistas aseguran que persistirán en su decisión de llegar a las últimas consecuencias si el Gobierno regional no frena dos proyectos en la isla: un hotel en La Tejita (en Granadilla de Abona, en el sur de Tenerife) y las villas de lujo de Cuna del Alma, en Adeje, también en el sur de Tenerife. “Respeto las decisiones personales”, ha afirmado al respecto Fernando Clavijo, “lo que desde luego no comparto son ni los métodos, ni desde luego comparto que se vaya a tratar de extorsionar a ningún gobierno”, apuntilló este jueves en declaraciones a los periodistas antes de participar en un acto en Las Palmas de Gran Canaria.

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