“Todos estamos ya en campaña de las catalanas”. Lo repitió varias veces este martes, en público y más en privado, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, para explicar el comportamiento con un evidente tono de desmarque de algunos de los aliados habituales del Gobierno en la Cámara baja. Especialmente de Junts y ERC, tanto en las comisiones de investigación que acaban de arrancar, con ataques muy directos hacia el candidato del PSC, el exministro Salvador Illa, como en sus avisos en clave postelectoral de incertidumbre ante futuros pactos en Cataluña. Desde el PSOE se avanzó, en cualquier caso, que persiguen un triunfo de Illa “superior al que predicen las encuestas” aunque les traiga problemas con esas formaciones separatistas. PNV y EH Bildu dejaron claro, sin embargo, que el resultado de las elecciones vascas, donde quedaron empatados en escaños, no cambiará nada la continuidad de sus alianzas en Madrid.

Es esta otra semana peculiar en el Congreso, un paréntesis de plena actividad parlamentaria justo después de las elecciones vascas y antes de un nuevo parón político de varias semanas previo a los comicios catalanes del 12 de mayo. Los portavoces de los distintos grupos usaron así este martes para hacer su particular balance de las urnas en Euskadi y preventivo de lo que pueda ocurrir en Cataluña, con la relevancia de que varios socios del Gobierno de coalición compitieron entre sí el domingo en el País Vasco y lo harán el 12-M y son los que le han permitido al Ejecutivo de Pedro Sánchez arrancar la XV legislatura. El portavoz del PP, Miguel Tellado, se desmarcó de esas tesis pero para arremeter otra vez contra la presidenta de las Cortes, Francina Armengol, a la que culpabilizó del “cerrojazo” de la Cámara para proteger al Presidente, sin tener en cuenta que es algo que se hace siempre en periodos de campaña.

El más contundente entre los aliados en querer asentar el panorama político del país fue Aitor Esteban, del PNV, en línea con los mensajes fijados por el presidente de esa formación, Andoni Ortuzar. “En la continuidad del día a día no creo que de allí [del País Vasco] pueda venir un terremoto que haga caer al Gobierno”, concedió Esteban y agregó para despejar aún más cualquier incertidumbre: “El resultado en el País Vasco no va a tener muchos efectos aquí [en el Congreso], en realidad ninguna repercusión, tendrán más las catalanas y sus acuerdos”.

Fuentes de EH Bildu abundaron en la misma idea de la llamada “paciencia estratégica” que defiende Arnaldo Otegi ante el futuro y diferenciaron y localizaron bien las críticas al posible nuevo Gobierno vasco “porque no es ni muy abertzale ni muy de izquierdas”, pero auguraron que nada cambiará en el Congreso, donde se apuntan parte del mérito de algunas leyes, iniciativas y políticas progresistas y de izquierdas adoptadas.

Los problemas más evidentes que podría sufrir el Ejecutivo de Sánchez vendrán, como vaticina Esteban, de lo que suceda el 12-M en Cataluña. En el PSOE han tomado buena nota de lo ocurrido en la tarde de este lunes con el candidato Salvador Illa en la comisión de investigación de las mascarillas en el Congreso, donde Junts y ERC quisieron elevar al máximo el grado de sus portavoces en la sala para que Miriam Nogueras y Gabriel Rufián rivalizaran en cuestionar a fondo la validez, credibilidad y capacidad de gestión del exministro de Sanidad durante la pandemia como preámbulo de lo que presumen que podría hacer al frente de la Generalitat.

Rufián aún seguía enganchado un día después al tipo de exposición que hizo Illa en esa comisión, que no le gustó nada, porque piensa que no se la preparó y porque presume que intentó tomar “por bobos” a los parlamentarios que le interrogaron al presentarse como que no sabía lo que se contrataba y con quién en su Ministerio en aquella etapa. Rufián, eso sí, aprovechó para en ese clima ya de mucho más que precampaña dirigir sus dardos dialécticos tanto hacia Junts y su candidato, Carles Puigdemont, como a otros competidores. De Junts y un posible pacto posterior con ERC señaló cuáles deberían ser las condiciones: “ERC debe pactar con quien la respete, a sus votantes, a sus militantes, a su programa, a su gente en definitiva, a sus resultados, que cada cual entienda lo que quiera”. Y de una hipotética alianza separatista con todo signo de formaciones nacionalistas catalanas, como la de ultraderecha Aliança Catalana, sentenció: “Tontear con el fascismo es muy chungo, yo jamás lo haré, porque también hay fascistas con estelada”.

El distanciamiento de ERC de estos días, y el de Junts, se apreciará de nuevo este miércoles en la sesión de control al Gobierno, donde Rufián marcará al propio presidente con la pregunta genérica sobre si cree en la Justicia y Nogueras le soltará a la vicepresidenta y de ministra de Hacienda, María Jesús Montero: “¿Qué planes tiene el Gobierno para pagar lo que corresponde a los catalanes?”. Todos esto después de que la tarde del martes el Congreso abordara el debate sobre la propuesta de ERC de un sistema de financiación singular para Cataluña, que, aunque no tenga visos de prosperar, servirá para retratar al resto de formaciones políticas.

Patxi López, más interesado en resaltar el éxito del PSE al entrometerse entre los dos partidos que acapararon la campaña vasca, PNV y EH Bildu, intentó minimizar y relativizar todos esos toques de atención. El portavoz socialista concluyó que la legislatura “seguirá igual, con negociaciones y apoyos” para cada cuestión o asunto que se plantee. Pero también constató que en la comisión Mascarillas las pullas tanto de Junts como de ERC deben interpretarse pensando en las elecciones catalanas: “Menudo campañón que hicieron”. López, además, se mostró “muy optimista” sobre la cosecha que recogerá el PSC e Illa en esas elecciones “por encima de lo que dicen las encuestas”.

El sondeo de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER publicado este lunes situaba al PSC en primer lugar con 38 escaños (cinco más que en 2021), 33 para Junts (uno menos) y 27 para ERC (seis menos). En la porra de la dirección parlamentaria del PSOE han elevado al PSC hasta los 43 parlamentarios y pregonan sobre los conflictos que esa cifra les podría suponer: “Benditos problemas, nosotros apostamos a que el partido tenga el mejor dato, Illa gobierne y lo demás ya lo arreglaremos cuando llegue”.

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