Los departamentos de mercados de capitales de los principales bancos de inversión trabajan a pleno rendimiento, como hace mucho tiempo que no lo hacían. Tras casi dos años de sequía absoluta, Puig, Tendam y Europastry trabajan para saltar al parqué antes de verano, lo que mostrará si los inversores tienen el apetito suficiente para que el mercado se vuelva a reactivar. Estas empresas, por el momento, están chocando con el rechazo de los grandes inversores por garantizar ya el éxito de las operaciones comprometiendo ya la compra de grandes paquetes de acciones. Unas dudas que están forzando a dejar la transacción en suspenso hasta el final. Y que ya han provocado que algunas opten por retirarse de su salto al parqué.

Aunque en 2024 ninguna empresa española ha probado aún las procelosas aguas de la Bolsa, esto sí ha ocurrido en Europa. Por el momento se han estrenado tres compañías y las sensaciones son mixtas. La compañía suiza de cosméticos Galderma se dispara cerca de un 20% desde los 53 francos a los que saltó al mercado. Athens Airport, que subió en su primera sesión más del 11%, pierde ahora otro 11% frente al precio fijado para el debut. Peor es el desempeño de Douglas, que se desploma más del 20% con respecto al precio del debut.

“El mercado existe, pero no para todos”, indica el responsable de ECM, de uno de los bancos de inversión que operan en España y que trabaja en varias de las operaciones en marcha. “La situación es mejor que el año pasado. Hay más operaciones, más seguras y con más valoraciones. La vinculación con los inversores es mayor. Se fijan más en el activo que en el mercado, pero el pasado pesa”, indica. Explica que los inversores sí están dispuestos a invertir en historias de crecimiento, pero que en el caso de Douglas el elevado endeudamiento de la compañía —que ha utilizado parte de los fondos del salto al mercado para desapalancarse— y el perfil financiero del dueño, el fondo CVC, han espantado a los inversores.

Una de las grandes diferencias con la situación en épocas pasadas es que los inversores en este tipo de operaciones aún están recelosos tras una historia de fracasos en el pasado. Los bancos de inversión cortejan a los fondos conocidos como long only, aquellos centrados en invertir solo a largo plazo. Son los garantes de que el estreno se pueda llevar a cabo con éxito, mientras que la acumulación de fondos de menos calidad y más centrados en el corto plazo puede provocar un desplome en las primeras horas de cotización.

En el pasado era clave que las empresas lanzasen oficialmente su salida a Bolsa con algunos inversores de referencia, los llamados inversores ancla, que se comprometiesen ya desde el principio a suscribir participaciones relevantes en la oferta. Esto ya no es posible. “Los inversores están esperando a que las empresas publiquen al menos el ITF (siglas de intention to float, el documento en el que la empresa comunica al supervisor su intención de debutar) para estudiar la transacción. Pero la realidad es que recelan de comprometer entrar en la operación hasta el último momento”, apuntan desde un banco de inversión.

Esta situación complica que las compañías en liza tengan claro si sus operaciones pueden llegar a buen puerto Según fuentes del mercado, la falta de compromisos de inversión fue una de las razones que hizo al Grupo Bergé cancelar sus planes para sacar a cotizar su filial de movilidad Astara, junto con unas valoraciones inferiores a las que esperaban inicialmente. “Astara es un gran negocio, pero está en fase de transición. Está en un momento demasiado temprano de su desarrollo para las valoraciones que pedían. Era demasiado pequeño, lo que no es ideal para una salida a Bolsa en este momento”, apunta. También Cosentino ha decidido no saltar al parqué este año y Hotelbeds ha optado por abordar la transacción después del verano.

Los focos sobre Puig, Tendam y Europastry

Todos los focos están actualmente en Puig, la que puede ser la gran salida a Bolsa en toda Europa este año. La compañía lanzó formalmente la salida a Bolsa la semana pasada, con la publicación del ITF, sin contar con un inversor ancla. Actualmente trabaja para que alguno de estos fondos suscriban ya participaciones que vayan garantizando el éxito de la transacción, al tiempo que trata con analistas y con la CNMV, de modo que el folleto esté autorizado en las próximas semanas. Los banqueros involucrados en la transacción confían en el éxito en base a que en estas primeras semanas de contacto con el mercado se está generando la sensación de que es un gran activo, una especie de trofeo a conseguir para los fondos que invierten en OPV.

Tendam sigue la estela de Puig y su calendario pasa por ser el siguiente debut, siempre que la compañía catalana deje buen sabor de boca en los inversores, valorada en más de 2.000 millones. En estos primeros contactos con inversores su principal fortaleza es la confianza en el equipo directivo, que ya ha acudido a los mercados de deuda en el pasado. En el otro lado de la balanza, el hecho de que sus dueños sean fondos de private equity (que tienden a maximizar el precio) ofrece algunas dudas, así como el carácter estacional del sector textil. En tercer lugar, Europastry se fija como objetivo este mes de julio, en una operación de unos 2.200 millones. La compañía, en manos de la familia Gallés, pretende dar salida al fondo MCH (que tiene un 25% del capital) y financiar los planes de crecimiento de la empresa de panes congelados.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

_

Compartir
Exit mobile version