La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, ha abierto la puerta a que las personas que compatibilizan cuidados y empleo puedan jubilarse de forma anticipa sin que ello mine su futura prestación. Así lo ha indicado este miércoles en el Congreso de los Diputados, en respuesta a una pregunta del PNV. La diputada Maribel Vaquero le ha preguntado: “¿Está dispuesto el Gobierno a contemplar que las personas cuidadoras de grandes dependientes que han compatibilizado trabajo y cuidado puedan acceder a jubilación anticipada?”. A lo que Saiz ha respondido: “El Gobierno sí contempla que hay situaciones que tienen una importante exigencia física o psíquica, particularmente a partir de una determinada edad y vamos a dar respuesta lo antes posible”.

El momento en que se dan estas declaraciones es importante. El departamento de Saiz negocia con sindicatos y patronales varios cambios en materia de Seguridad Social, entre los que destaca un nuevo sistema de coeficientes reductores para que más trabajadores se puedan jubilar antes. La idea del Gobierno es que aquellos con empleos más peligrosos o penosos puedan retirarse antes sin que ello recorte su pensión, pero agentes sociales y Ejecutivo no terminan de ponerse de acuerdo. Entre los principales escollos está la propia definición de esos coeficientes reductores. También sigue atascada la negociación sobre los mecanismos de acceso a la jubilación parcial, aún sin definir.

“El Gobierno sigue avanzando en la redacción del texto normativa para establecer esos coeficientes reductores y que anticipen la edad de jubilación, en busca del máximo consenso con los agentes sociales. Lo hacemos con el mandato que salió de las cortes, la recomendación número 12 de Pacto de Toledo y la ley 21/2021 para garantizar el poder adquisitivo de las pensiones”, ha informado la ministra.

La diputada del PNV antes había reflexionado sobre el por qué de su petición: “El Gobierno ha anunciado que está negociando con los agentes sociales un nuevo sistema para regular jubilación anticipada de estos empleos (peligrosos y penosos), pero las personas cuidadoras de grandes dependientes que compatibilizan trabajo con cuidado no están reconocidos en este colectivo. Y no por no desarrollar una actividad penosa, sino por no tener respaldo legal”. Vaquero también ha destacado que esta circunstancia familiar “dificulta encontrar trabajo, mantenerlo y promocionar por los problemas para conciliar” y que esta situación afecta especialmente a las mujeres, por ser las que suelen asumir los cuidados.

La ministra ha coincido con Vaquero: “Cuidar a una persona que es gran dependiente y que necesita ayuda en vida diaria es una tarea difícil. Y si además se compatibiliza con un trabajo remunerado, lo es aún más, especialmente para los familiares más directos, mayoritariamente mujeres, que en muchos casos están abocadas a abandonar o reducir su jornada para cuida familiares”. Por ello, ha catalogado la atención a estas personas como “un reto ineludible” que “compete a todas las administraciones”. “Vamos a dar una respuesta firme, sostenida y adaptada al modelo actual de nuestra sociedad, ha añadido Saiz.

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