En Perú, el país del éxito gastronómico, 1.922.000 ciudadanos perciben ingresos mensuales por debajo de los 251 soles (67,8 dólares) al mes. Con esos haberes deben comer y costear sus necesidades más esenciales. Son 249.000 más que en 2022 y 991.000 más que en 2019, según el informe de la evolución de la pobreza monetaria del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Están considerados en la categoría de pobreza extrema, que se incrementó de 5% en 2022 a 5,7% en 2023. Cifras alarmantes que evidencian un retroceso ya no solo en relación al año anterior, sino a la crisis sanitaria de 2020 por el covid-19, año en el que la población peruana tuvo 5,1% de pobres extremos.

En términos generales, la cifra oficial de pobreza en el país gobernado por Dina Boluarte se elevó un punto y medio porcentual: pasó de 27,5% en 2022 a 29% en 2023. Es decir, se estima que 9.780.000 peruanos no tuvieron los ingresos económicos mínimos para cubrir la canasta básica de consumo durante el año pasado. Se trata de 3,2 millones más de personas en comparación al 2019, el año prepandemia que registró un 20,2%.

Como sucedió en el mundo, la emergencia sanitaria impactó profundamente en los bolsillos. Desde 2021, Perú registra tres años consecutivos donde la pobreza monetaria solo se ha agravado. El estudio revela que el país andino se encuentra a 1,1 punto porcentual de igualar el contexto de la pandemia, donde tres de cada diez peruanos vivía en pobreza.

El valor de la línea de pobreza total para 2023 es de 446 soles (120,5 dólares). El peruano que perciba ingresos por encima de esta cantidad para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias no es considerado pobre. Respecto a la pobreza extrema sucede lo mismo: la canasta se incrementó en 11%, pasando de 226 soles (61 dólares) a 251 soles (67,8 dólares). En esa línea, el documento también muestra un incremento de la pobreza extrema rural de 14,6% a 16.2%, mientras que en el área urbana pasó de 2,6% a 3,2%.

La publicación del informe anual del INEI se vio manchada por una suspensión de la que luego la institución se retractó. Inicialmente, la presentación del documento estuvo pactada para este miércoles. No obstante, en horas de la noche, el INEI emitió un comunicado donde anunció que la divulgación se realizaría recién la próxima semana por “motivos de fuerza mayor”. Algunos medios periodísticos, como Canal N, informaron que la repentina suspensión se debía a una orden expresa del despacho presidencial para dilatar una “mala noticia”. Más en días donde la presidenta Dina Boluarte es acusada de haberse ausentado durante dos semanas para someterse a cirugías estéticas.

El Ejecutivo intentó hacer un control de crisis con un comunicado donde descarta “categóricamente que el Gobierno tenga intención de modificar cifra alguna, como se ha hecho referencia de manera irresponsable”. Además, señalaron que el INEI es un “ente técnico especializado e independiente”. Tras la ola de críticas, recién a las nueve de la mañana de este jueves, 13 horas después de la suspensión, la institución emitió un segundo comunicado para informar que sí difundirían los resultados de la pobreza monetaria durante 2023. No hubo presentación pública, como se acostumbra todos los años, y las autoridades solo colgaron el informe en la web.

David Tuesta, exministro de Economía y Finanzas, calcula que regresar a la tasa de pobreza de 20%, como antes de la pandemia, le tomará 20 años al país, toda vez que la proyección de crecimiento entre 2024 y 2028 es de 3% anual. “Por favor, no se dejen engañar por el político que salga a decir que repartiendo bonos solucionará el problema de la pobreza. Nuestro problema es la pérdida de productividad continua por culpa de malos congresistas y malos gobiernos”, explicó.

Por su parte, Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos, remarcó que la gran preocupación es que este sector de la población “usa todo lo que tiene a su disposición y pese a las ayudas y lo que gane no le alcanza para comer”. Además, insistió en hilar fino para establecer una estrategia que sea capaz de revertir la situación de casi 10 millones de peruanos. “Con esto nos vamos muy atrás, hemos perdido más de 15 años y probablemente no sería el mismo lapso que nos costará recuperarnos”, finalizó en Canal N. En tanto, Dina Boluarte, quien, según el primer ministro, Gustavo Adrianzén, se encuentra recuperándose de una “severa afección pulmonar”, no habla con la prensa desde hace un mes.

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