La Fiscalía de la Audiencia Nacional considera que existen indicios suficientes de que Hamza Warris “cumplía” los “postulados de la yihad” cuando el 27 de marzo, en plena Semana Santa, entró con un hacha de grandes dimensiones en el centro comercial Màgic de Badalona (Barcelona) y causó una situación de “terror” e “histeria colectiva” al arremeter con el arma contra un expositor de un McDonald’s. Tras analizar la investigación desarrollada por los Mossos, el ministerio público ha concluido que la causa debe seguir adelante por delitos de terrorismo y que, tras comenzar la causa en un juzgado de Cataluña, la Audiencia Nacional debe asumirla ahora.

Según un comunicado emitido este viernes, la fiscal Raquel de Miguel, encargada del caso, ya ha informado de su posición al juez Joaquín Gadea, instructor de la Audiencia Nacional. En un principio, la causa recayó en un juzgado de Badalona, que ordenó registrar la vivienda de Warris y ordenó su ingreso en prisión provisional, donde aún permanece. Sin embargo, durante el desarrollo de las pesquisas, los Mossos encontraron indicios de yihadismo y el instructor de Badalona ordenó remitir la causa a la Audiencia Nacional, competente en materia de terrorismo. El caso lo asumió entonces Gadea, que acordó consultar al ministerio público antes de decidir si se queda el sumario.

El relato del ataque comienza en la misma tarde del 27 de marzo. Hamza Warris, de nacionalidad paquistaní, se dirigió hacia el Màgic de Badalona. El presunto yihadista se había colocado un pañuelo palestino en la cabeza, “a modo de liturgia previa”, y llevaba un hacha de grandes dimensiones. Entonces, sobre las 19.30, pese a que el centro comercial estaba lleno de gente, “se dirigió hasta el McDonald’s donde, una vez en el interior comenzó a blandir el hacha, acometiendo con ella un expositor y fracturando los cristales de una de las lunas”. “El sujeto fue interceptado por un ciudadano que tuvo que esquivar la acción de éste con el hacha, logrando inmovilizarlo”, destaca el ministerio público.

Tras el ataque, Warris explicó a los Mossos sus motivaciones: “Hoy he visto un vídeo en el que mataban a niños palestinos y por eso ataqué el McDonald’s, porque es norteamericano”, contó en inglés y de forma espontánea a los patrulleros que se habían desplazado hasta el lugar, según el auto de prisión provisional dictado por el Juzgado de Instrucción 4 de Badalona. Las sospechas se ciernen, por tanto, en que podría haber actuado en venganza por el apoyo de EE UU a Israel en sus ataques sobre la Franja de Gaza, que han provocado la muerte de decenas de miles de personas.

Durante el registro de su vivienda, los agentes encontraron indicios de que el hombre llevaba tiempo consumiendo propaganda yihadista y preparándose para sumarse, de alguna forma, al combate. Según fuentes de la investigación, su intención inicial era trasladarse a Palestina para luchar contra Israel, pero el vídeo que vio el 27 de marzo fue la chispa que le llevó a pasar a la acción de inmediato. En un lugar accesible y cercano a su domicilio.

“De lo actuado hasta este momento en el procedimiento y sin perjuicio de lo que resulte de la investigación, los hechos serían constitutivos de un presunto delito de integración o colaboración con organización terrorista”, apunta la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que resume el ataque como una “acción violenta a título individual o en solitario, en cumplimiento de los postulados de la yihad”. Los Mossos siguen adelante con su investigación para aclarar la trayectoria de Warris y si llegó a planificar otras acciones.

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