Israel ha atacado a primeras horas de este viernes objetivos en Irán, cinco días después de la ofensiva iraní con drones y misiles contra territorio israelí que no causó ni muertos ni apenas daños materiales. Hay informaciones por el momento confusas sobre el alcance y naturaleza del ataque. Teherán afirma haber destruido tres drones en la provincia de Isfahán, corazón del programa nuclear iraní, tras activar sus sistemas de defensa, según diversos medios estadounidenses y locales. Fuentes citadas utilizadas por estos mismo diarios informan de igual modo de que en la ofensiva también se han utilizado misiles. Las primeras informaciones apuntan a que Israel ha llevado a cabo una operación de represalia moderada en medio de las constantes llamadas internacionales a la contención. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, ha afirmado que ninguna de las instalaciones nucleares de Irán han sufrido daños.
Estados Unidos no ha participado en una operación de la que sí había sido avisado por su aliado en las últimas horas, según informa la agencia Reuters. El ataque lo ha adelantado la cadena estadounidense ABC citando fuentes de la Administración del presidente Joe Biden. Israel ha confirmado estar detrás del ataque que podría haber alcanzado una base aérea militar próxima a la ciudad de Isfahán, según el diario The New York Times.
No hay datos sobre posibles víctimas o daños materiales, aunque, en principio, no han sido alcanzadas instalaciones nucleares ni se han apreciado grandes explosiones, informan medios locales. De ese ataque informaron poco después otros medios estadounidenses. Ha sido la televisión oficial de la República islámica de Irán la que ha informado del derribo de varios drones israelíes. El portavoz del Centro Nacional del Ciberespacio de Irán, Hossein Dalirian, ha asegurado también en un mensaje en X (antes Twitter) que su país ha derribado tres aviones no tripulados israelíes de los que se conocen como cuadricópteros, pequeños drones con cuatro hélices.
La agencia iraní Fars había informado antes de que los artefactos israelíes habían golpeado cerca del aeropuerto de Isfahán y de que se habían activado los sistemas antiaéreos, así como decretado el cierre, en parte y de manera temporal, del espacio aéreo nacional. Según la Compañía de Aeropuertos y Navegación Aérea de Irán, citada por IRNA, el tráfico aéreo en el país ya se ha restablecido. Los vecinos pudieron ver en el cielo algunas explosiones que llegaron a grabar en vídeo, según imágenes obtenidas por la cadena BBC.
Esa zona, en el centro del país y unos 400 kilómetros al sur de la capital, acoge instalaciones militares, factorías del sistema de Defensa y sobre todo, instalaciones del sistema nuclear como la de Natanz, desde donde Teherán anunció en 2007 que se había unido al club de países capaces de producir combustible nuclear a escala industrial. El Centro de Tecnología Nuclear (INTC) de Isfahán es el complejo de investigación nuclear más grande de Irán y emplea aproximadamente a 3.000 científicos. Estados Unidos e Israel sospechan que sus instalaciones albergan un programa de investigación secreto para producir armas atómicas, algo que Teherán niega. Irán asegura que su programa nuclear tiene fines exclusivamente civiles. Este lugar ha sido ya anteriormente objetivo de ataques desde Israel.
Respuesta militar
Israel había anunciado en distintos foros a lo largo de esta semana que la inédita ofensiva del régimen iraní del pasado fin de semana en su territorio no podía quedar sin una respuesta militar. El lanzamiento de cientos de artefactos sobre diferentes regiones israelíes ha elevado el peligro de una regionalización de la guerra abierta en octubre con Gaza. La ofensiva de Teherán supuso la respuesta al bombardeo llevado a cabo por Israel en el consulado iraní en Damasco (Siria) el 1 de abril, en el que perdieron la vida 16 personas, de las que siete eran miembros de la Guardia Revolucionaria, uno de ellos el general Mohamed Reza Zahedi, el jefe de la fuerza Al Quds -la rama regional de esa fuerza- en Líbano.
Con el primer ministro Benjamín Netanyahu a la cabeza, Israel lleva varios días calibrando el tipo e intensidad de su respuesta. En medio de las amenazas y la dialéctica bélica de ambos países, a lo largo de la semana ha crecido la presión internacional para que impere la contención. El OIEA había ya expresado su temor a que un posible ataque israelí alcanzara instalaciones nucleares de Irán, según el máximo responsable de esa institución, Rafael Grossi. Estados Unidos anunció el jueves nuevas sanciones contra Irán y la industria de drones y el programa de misiles de ese país, en un castigo coordinado con el Reino Unido, que ha tomado medidas similares. La Unión Europea también ha anunciado que estudiará imponer medidas similares a Tehéran.
Mientras, en Gaza, donde han muerto ya casi 34.000 palestinos desde que comenzó la guerra el 7 de octubre, se mantienen los ataques israelíes, según la agencia palestina Wafa. La guerra comenzó ese día con la matanza de Hamás, que dejó unas 1.200 personas asesinadas en territorio israelí.
El ejército de Israel mantiene todavía en el aire, pese al movimiento de tropas en torno al sur de la Franja, la anunciada desde hace semanas incursión en Rafah. Esa localidad meridional del enclave, fronteriza con Egipto y donde se apiñan cerca de millón y medio de gazatíes golpeados por la crisis humanitaria, es la única que queda por ocupar a las tropas israelíes. Netanyahu insiste en que esa operación es necesaria para cumplir con dos objetivos esenciales de la guerra: acabar con Hamás a nivel político y militar y traer de vuelta a los 133 rehenes, muchos ya muertos, que permanecen todavía cautivos.
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