El patinazo del candidato de EH Bildu titubeando para definir a ETA como una banda terrorista ―en su lugar, Pello Otxandiano se limitó a denominarla como “grupo armado”―, ha alterado la campaña vasca, pero también la estrategia del PP. Los populares habían decidido orillar el fantasma de ETA en el discurso para las elecciones en Euskadi, ante el temor a que se active un voto del miedo que beneficie al PNV, con quien se disputan gran parte de su bolsa de votantes. Pero Otxandiano ha obligado al PP a cambiar el paso, o al menos a la dirección nacional. Tras días de contención en el discurso, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha irrumpido este miércoles en la campaña vasca desde Girona para exigir al PSOE que se comprometa ante notario a hacer un cordón sanitario a EH Bildu hasta que no condene a ETA. En contraste, el candidato del PP a lehendakari, Javier de Andrés, ha protagonizado este miércoles un mitin en Bilbao en el que ha ignorado la polémica en torno a los abertzales.

Feijóo no ha disparado contra Bildu, sino contra el PSOE, censurando el planteamiento “farisaico” y “cínico” de los socialistas con ese partido y calificando como “indigno” que la federación vasca de los socialistas saliera este martes, tras el resbalón de Otxandiano, a rechazar con contundencia los acuerdos con la coalición abertzale. “El PSOE ha pactado con Bildu el Gobierno de España, el de Navarra y el de Pamplona”, ha subrayado este miércoles Feijóo, antes de desafiar a los socialistas. “Espero que el PSOE rompa hoy las coaliciones de Gobierno en el Gobierno central, en Navarra y en Pamplona con Bildu. Les esperamos en cualquier notario para comprometer a que no volveremos a pactar con Bildu salvo que condene los asesinatos de ETA y colabore con el esclarecimiento de los atentados que quedan sin resolver”.

Aunque el líder popular ha hablado de “coaliciones de Gobierno”, no son tales, sino acuerdos parlamentarios. En el Gobierno central, Bildu apoyó la investidura de Pedro Sánchez y ha respaldado sus principales leyes; en Navarra, la coalición abertzale se abstuvo permitiendo la investidura de la socialista María Chivite; y en Pamplona fue el PSN quien apoyó a Bildu para que este se hiciera con la alcaldía, pero en todos los casos se trata de apoyos externos.

Con todo, Génova cree que este tipo de acuerdos desgastan mucho al PSOE, que afronta la contradicción de haber defendido los pactos con los abertzales en Madrid mientras los niega en la campaña vasca. Este miércoles, el ministro de Transportes, Óscar Puente, se ha declarado “decepcionado” con Bildu, porque no ha llegado al “punto de madurez democrática” que se le exigía, mientras ha defendido seguir acordando con esta formación si es para sacar adelante avances sociales como la subida del salario mínimo.

Feijóo ha reorientado el enfoque de la estrategia del PP poniendo el foco en Bildu y ETA, aunque no era esa la tesis inicial de los populares para las elecciones vascas. Al contrario, hasta ahora el PP ―y el propio Feijóo― estaban orillando este asunto para no activar un voto útil hacia el PNV. Hasta la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pasó por Euskadi este martes sin mencionar a ETA.

Pese a las palabras de Feijóo, ese sigue siendo el empeño de los populares vascos. El candidato del PP a lehendakari, Javier de Andrés, aunque también censuró este martes las palabras de Otxandiano y criticó al PSOE sus acuerdos con Bildu, ha obviado este miércoles el asunto. De Andrés, que ha protagonizado un mitin en Bilbao acompañado por varios presidentes autonómicos populares, ha optado por centrar su discurso en la gestión de los servicios públicos, sin estirar la polémica sobre Bildu. El candidato está en la línea de restar importancia a la coalición abertzale, como dejó entrever en la entrevista que concedió a EL PAÍS. A la pregunta de qué podría significar para el país que EH Bildu fuera la fuerza más votada este domingo, contestó que “sería relevante para la imagen del PNV”, pero “a efectos del país no va a ser tan grave”.

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