Hay temor a Vox en la campaña del PP en Cataluña. Las alarmas se han activado en el cuartel general de los populares en la recta final hacia las elecciones de este domingo. Aunque ya no pueden publicarse encuestas, en las que el partido maneja y en las que algunos medios de comunicación están difundiendo bajo cuerda Vox resiste mejor de lo esperado. El PP empezó la campaña con una cómoda ventaja sobre los ultras, que se ha ido estrechando y en algunos sondeos estos ya aparecen por encima de los populares. “Están aguantando mejor de lo previsto”, reconocen fuentes del PP catalán. Vox parte de una posición ventajosa sobre el PP, ya que tiene 11 diputados por los tres de los conservadores, pero el PP confiaba en darles el sorpasso en las urnas. Nadie se pone todavía en el peor escenario, pero ante el miedo a que la extrema derecha se imponga en la batalla el PP se ha lanzado a imitar el discurso de los ultras contra la inmigración irregular, vinculándola con la delincuencia y la okupación. La cúpula popular redobló el mensaje este miércoles después de que Alberto Núñez Feijóo recuperase ese discurso en Cornellá. “Pido el voto”, dijo el líder del PP, “a los que no admiten que la inmigración ilegal ocupe nuestros domicilios”.

Tras Feijóo, distintos miembros de la dirección del PP insistieron este miércoles en cargar contra la inmigración irregular y en el peligroso discurso de vincularla con la criminalidad, lo que redunda en el estereotipo xenófobo del inmigrante delincuente. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, apostó por ser “firmes con la inmigración irregular” y ante las “mafias que se desarrollan en torno a la inmigración irregular” y vinculó este fenómeno con la delincuencia. “En Cataluña hay un problema de inseguridad que es evidente, real, que nadie se lo ha inventado. Y un problema de okupación, y nosotros no vamos a mirar hacia otro lado”, defendió Gamarra en una rueda de prensa en la sede del partido en Madrid preguntada por cuál era la diferencia entre la propuesta del PP y la de Vox sobre la inmigración. “Los partidos que están en el Gobierno de Cataluña no están dispuestos a abordar ni la okupación de la vivienda, que es un problema gravísimo, ni la reincidencia que se produce en Cataluña. En muchos casos se produce por parte de personas que están en situación irregular en nuestro país”, remachó.

El portavoz del partido, Borja Sémper, sostuvo por su parte que, aunque España “es un país de acogida”, “otra cosa es que [el PP] mire hacia otro lado cuando hay gente que viene a este país y acaba en la delincuencia. Para qué vamos a mirar para otro lado. No es estigmatizar a nadie, es estigmatizar al delincuente”.

No se trata, por tanto, de un desliz de Feijóo, sino que detrás de que el líder del PP abrazara los postulados xenófobos de Vox hay una estrategia coordinada. Los populares ya habían pisado ese terreno pantanoso el pasado sábado, en un mitin en Badalona en el que participó Feijóo. En este municipio, el de mayor número de habitantes gobernado por el PP, su alcalde, Xabier García Albiol, cosechó los mayores aplausos cuando clamó: “¡No se pueden okupar viviendas, y tanto me da que lo haga un español como un marroquí, es un delito y se tiene que actuar!”

El PP sostiene que este es su discurso “de toda la vida” porque, argumentan, siguen respaldando en paralelo la inmigración legal. En privado, fuentes del PP catalán admiten que se han visto obligados a “clarificarlo” con respecto a la irregular a consecuencia del empuje de Vox. Los populares defienden, además, que no comparten la misma posición de la extrema derecha, que se ha deslizado por pendientes todavía más radicales, hacia la islamofobia, para competir con el partido de ultraderecha de corte independentista Aliança Catalana. En la campaña catalana, Vox carga contra la “islamización de Cataluña” y Abascal ha hecho suyo el rechazo al velo musulmán. El PP no llega a ese extremo.

El problema para el PP es que Vox aguanta mejor de lo esperado ―según sus trackings, los ultras no bajan de 8 escaños, aunque sostienen que el PP sigue por encima, sobre los 13― con una campaña centrada en la inmigración y la inseguridad en Cataluña. Así que el PP pega un viraje y se radicaliza, ya que hace solo unos días, el pasado 9 de abril, los populares estaban votando en el Congreso a favor de la toma en consideración de una iniciativa legislativa popular (ILP) para regularizar a los cientos de miles de extranjeros que viven y trabajan en España de forma clandestina. Los ultras fueron los únicos que votaron en contra.

Los temores del PP no residen solo en la resistencia de Vox, sino también en que el PSC no para de crecer, sin que surtan efecto sus reiterados ataques en campaña contra el candidato socialista, Salvador Illa, y contra Pedro Sánchez. La estrategia de los populares, que han centrado todas sus críticas en el PSOE y han aparcado el rechazo a la amnistía, no termina de funcionar. Pese a ello, Feijóo confió este miércoles en que el PP superará a Vox en las urnas. “Durante el tiempo que presida este partido, tengo muy claro que Cataluña es una prioridad para el PP”, dijo ayer el líder popular en un foro de Expansión. “¿Por qué? Primero, porque es imprescindible para los catalanes, y segundo, porque es imprescindible para nuestro propio partido. Somos la fuerza minoritaria en Cataluña, con tres escaños, y estoy convencido de que vamos a pasar a ser la cuarta fuerza en Cataluña”, subrayó. “De la novena, a la cuarta”, precisó, definiendo el listón mínimo para este domingo que ahora está obligado a superar con permiso de Vox.

El PP se enreda con los campamentos universitarios propalestinos

El portavoz del partido, Borja Sémper, rechazó esta miércoles estas protestas sosteniendo que defendían a la organización terrorista Hamás y señalaban como único culpable del conflicto al Gobierno de Israel. “Si estas manifestaciones, y yo tengo esa sensación, están destinadas para ir contra Israel y a favor de Hamás, yo no estoy en absoluto de acuerdo. Yo creo que Hamás es una organización que debe de ser exterminada porque es una organización terrorista e Israel es un Estado democrático que se defiende”, dijo el portavoz popular en una entrevista en Antena 3, en la que también pidió a Israel que “proteja a los inocentes palestinos que también sufren a Hamás”. La posición del portavoz fue después corregida por la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, que evitó cuestionar las acampadas y manifestó el respaldo del PP al derecho de manifestación. “En este país existe el derecho de manifestación y por lo tanto todo el mundo tiene derecho a manifestarse en el marco de la ley. Si se ajusta a la legalidad y han pedido los permisos, no hay nada que decir”, zanjó Gamarra, corrigiendo al portavoz. Fuentes del entorno de Sémper han explicado a EL PAÍS que su intención era reclamar a las protestas una condena explícita a Hamás y que no se expresó con toda la precisión que hubiera deseado.

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