El Gran Teatre del Liceu abrirá por segunda vez la temporada con música rusa mirando esta vez a la Lady Macbeth de Mtsensk, de Dmitri Shostákovich, con dirección escénica de Àlex Ollé, y rescata Lohengrin, de Wagner, que la pandemia dejó en el aire, con la puesta en escena de Katharina Wagner, bisnieta del compositor. El programa incluye también el estreno de Benjamin a PortBou, que el Liceu ha encargado al músico Antoni Ros-Marbà. Los tres nuevos espectáculos son producciones propias. En total, el teatro lírico ha programado 206 funciones de las que siete —seis óperas y un ballet— son nuevas producciones o coproducciones. La temporada, que tiene entre las voces estrella a la soprano norteamericana Nadine Sierra, que cantará en La Traviata y La Sonámbula (Verdi), West Side Story compartirá un recital junto a la sudafricana Pretty Yende, que también se verá en el Teatro Real.
Bajo el lema Persiguiendo sueño —hace un año era Grietas irreversibles—, la institución, que ha programado 13 óperas, cuenta con un presupuesto de 54 millones de euros, un 3,7% superior al del curso anterior que ascendió a 52,8 millones. Salvador Alamany, presidente del Patronato del Liceu, ha subrayado que el teatro ha logrado el equilibrio presupuestario al tener previsto este agosto abonar el último pago de 2,2 millones de euros que pondrá fin a la deuda histórica que se acentuó con la pandemia. Valentí Oviedo, director general del teatro, ha recalcado que esa solvencia financiera —los ingresos propios se elevan al 52% y el 48% proceden de subvenciones— les permitirá potenciar las producciones propias y tener mayor libertad para escoger funciones además de afrontar inversiones en el propio teatro. El nuevo proyecto Liceu Mar, en el Maremagnum, como futura segunda sede de la institución continúa encarrilado a la espera del concurso de ideas.
Tras renovar dos años como artista residente, Ollé dirigirá la puesta en escena de Lady Macbeth de Mtsensk, la obra que invitó al Liceu a producir cuando dijo que era el reto que más ilusión le hacía hacer. Ya en Copenhague escenificó La nariz, del mismo compositor. “Desde el punto de vista musical es una obra maestra del siglo XX”, explicó sobre la ópera basada en la novela de Nikolai Leskov, de 1865, que hace un retrato de la corrupción de la sociedad zarista pero que el régimen de Stalin denostó al sostener que era “degenerada” y “formalista”. No se volvió a representar hasta 30 años después. Shostakóvich quería hacer uns trilogía sobre la mujer rusa, pero renunció a ese plan. El papel principal de Katerina Ismailova lo asume la soprano Sara Jakubiak, que debutará en el Liceu.
La programación operística continúa con la particular visión de Lohengrin de Katherine Wagner con la voz de Irene Theorine y Benjamin en Portbou, la ópera que narra la desgarradora historia del filósofo y crítico literario judío que acabó quitándose la vida al cruzar los Pirineos y temer ser entregado a la Gestapo. Ros-Marbà se pondrá al frente de la orquesta del Liceu para dirigir su propia partitura. El cuadro de las coproducciones lo completan Rusalka (Dvorak), La sonámbula (Bellini) y Giulio Cesare (Haendel), con la dirección artística de Bárbara Lluch y Calixto Bieito, respectivamente, y el Ballet deu Capitole de Toulose que interpretará Sémiramis y Don Juan con dirección de Jordi Savall. Los principales apuestas clásicas para atraer a más pública son La Traviata, La Fuerza del Destino y Madamme Butterfly e incluye en versión concierto la ópera La merope, del compositor catalán Domènec Terradellas, considerado en el siglo XVIII un Haendel catalán, ha recordado el director artístico Víctor García de Gomar, y que su carrera quedó truncada tras ser asesinado en Italia por un músico rival.
Mozart apenas figura en la programación, aunque su Réquiem tendrá un papel muy significado. El Liceu representó hace un mes El Mesias de Haendel, con la dirección escénica de Robert Wilson, que viste como un astronauta a un bailarín que da vueltas sobre si mismo en pleno Aleluya. Ahora, el Liceu ha apostado por el escenógrado Romeu Castellucci para versionar el Réquiem de Mozart que además de en el Liceu se podrá ver en una sesión especial en La Sagrada Familia de forma exclusiva para espectadores menores de 35 años. Los espectadores podrán acceder a su entrada a través de un sorteo.“Nos ha parecido que la espiritualidad de Mozart y de la Sagrada Familia podían conectar”, ha apuntado Oviedo.
Además del protagonismo de Nadine Sierra, el Liceu, en el 25 aniversario de su reconstrucción, contará de nuevo con los cantantes Lisa Davidsen, Ermonela Jaho, Sondra Radvanovsky, Juan Diego Florez o Piotr Beczala ya en óperas o bien en recitales. El director de Orquesta Josep Pons encara su penúltima temporada en el Liceu antes de irse a dirigir la Ràdio Deutsche Radio Philharmonie. Pons, que asumirá la batuta en Lady Macbeth, ha expresado este viernes su deseo de que confía en dejar la orquesta en la cumbre de las orquestas españolas. El teatro, que inició un proceso de consulta a sus músicos para conocer sus preferencias, todavía no ha elegido al relevo. Pons dirigirá también la sexta sinfonía de Gustav Malher y Gustavo Dudamel West Side Story. La dirección está impulando una nueva ópera comunitaria como la de La gata perduda, realizada con la implicación de las entidades y vecinos del Raval.
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