«Por fin llega el calorcito y con él, los festivales de música, que es donde se cuece todo», comentó Belén Hinojar, la mitad de Climabar junto a Carmen Huidobro, en El Intermedio este miércoles.

«Nos vamos a cocer todos porque si cada mes que pasa batimos el récord de temperaturas, imagínate cuando nos llegue el verano de verdad», destacó Huidobro.

Hinojar le preguntó: «¿Qué la crisis climática también afecta a los festivales?», a lo que su compañera le contestó que, peor que los baños públicos que suelen montar en esos eventos, es que los cancelen.

Climabar, en ‘El Intermedio’.
ATRESMEDIA

Y lo motivos que expuso fueron que «podrían hacerlo por una lluvia torrencial o un riesgo de incendio, algo que, ya ha pasado. Ocurrió en uno que se organizó en mitad del desierto de Estados Unidos», señaló Huidobro.

«Aquel en el que todo el mundo iba vestido al estilo Mad Max…», añadió. Pero su compañera afirmó que «con la tromba de agua que cayó, se convirtió en rollo ciénaga de Shrek«.


Wyoming y Andrea Ropero, en 'El Intermedio'.

«Como las olas de calor y los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes y mucho más extremos, los festivales tienen que estar preparados para ello. Como una ventilación adecuada, zonas de sombra y unas fuentes de agua y, aun así, es difícil evitarlo todo», aseguraron.

«Rachas de viento de más de 120 km/h que destrozaron el festival Medusa en Cullera hace más de dos años y que dejó un fallecido y 40 heridos. Días después, el Rototom de Benicasim se cancelaba un día también por el viento y antes, ya se había cancelado el SanSan por lluvias torrenciales», recordaron.

Climabar, en ‘El Intermedio’.
ATRESMEDIA

Huidobro dejó caer la posibilidad de dejar de hacer este tipo de festivales en verano para evitar todos esos sucesos, pero Hiojar se negó: «No podemos llegar a eso».


«Este sector tiene que tomar las medidas necesarias y ponerse las pilas. Entendemos que son un montón de nuevos retos, pero hay que adaptar los festivales a la nueva situación climática«, apuntó Huidobro. 

«Ante lluvia o calor extremo, lo más importante es la seguridad para que el único precio a pagar sea la entrada, que por cierto, están carísimas», concluyeron.

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