Cheikh Sarr se ha puesto ante los micrófonos tres días después de que se convirtiera en foco de todas las miradas por su reacción ante los insultos racistas provenientes de la grada en el último partido de su equipo, el Rayo Majadahonda, frente al Sestao. El senegalés pidió “disculpas a todo el mundo del fútbol” por su respuesta: sujetó por la bufanda a un aficionado que le agredía verbalmente desde la tribuna. Pero también valoró su posterior expulsión del encuentro como injusta: “Si recibo una sanción, me va a sorprender, porque sería injusta. Una persona no puede ser la víctima y después sancionarla”, afirmó este martes el portero de 23 años.
Si bien se mostró arrepentido por sus actos, Sarr reconoció que le “jode muchísimo” pedir perdón cuando él es la víctima de la situación, pero que le parecía lo correcto. “No lo hago por este chico [el aficionado que le insultó], sino por la imagen del fútbol”, señaló quien tuvo que aguantar como le llamaban “puto negro” o “negro de mierda”, según sus propias palabras. “Mi reacción fue esa porque quería hablarlo y le cogí para preguntarle por qué me había insultado y si tenía familia. Encima era una persona mayor y él tiene que ser un ejemplo”, apuntó el guardameta, que asegura que su intención nunca fue agredir físicamente al aficionado.
Sarr también agradeció las muestras de apoyo que ha recibido, a las que se han sumado desde sus propios compañeros hasta jugadores del equipo rival. Vinicius Júnior, jugador del Real Madrid que se ha convertido en la cara más visible en la lucha contra el racismo en España, también demostró su empatía con el portero del Majadahonda, algo que el propio senegalés agradeció y elogió cuando tuvo la oportunidad.
De acuerdo a fuentes dentro del Rayo Majadahonda, Sarr cuenta con todo el respaldo de la institución para que la sanción impuesta sea invalidada. El árbitro del encuentro escribió en el acta que el portero se había dirigido a él de “forma violenta”. Ante esto, Sarr afirma que él solo se acercó para dialogar. “Mi acto sobre el árbitro no era un acto agresivo. Fui a hablarlo y manifestarlo, y de repente vi la tarjeta roja. Luego hablé con él y después del partido me apoyó y estoy agradecido”, matizó para restarle hierro a la forma de actuar del colegiado, que también ha sido punto de críticas. Finalmente, Sarr dijo que el respaldo del club se ha extendido más allá de lo deportivo, con el apoyo del departamento de psicología del equipo, a cargo de María José Morillas, a quien agradeció especialmente porque “no para” de ayudarle.
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