El excomisario José Manuel Villarejo ha apuntado este jueves al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy como instigador y urdidor de una operación para acabar políticamente con Eduardo Zaplana, que es juzgado por el supuesto amaño y cobro de comisiones por los concursos de las ITV y los parques eólicos de la Comunidad Valenciana cuando era presidente.

Villarejo, que ha declarado como testigo en el juicio del caso Erial a petición del propio Zaplana, ha desplegado su teoría conspirativa sobre los motivos por los que el expresidente de la Generalitat y exministro de Trabajo está sentado en el banquillo, acusado de los presuntos delitos de malversación, cohecho y blanqueo de capitales, entre otros, por lo que Anticorrupción le pide 19 años de cárcel. Según ha dicho, fue Mariano Rajoy el que instigó para que el CNI y la Guardia Civil forzaran una operación para desacreditar a Eduardo Zaplana y así impedir que le disputara el liderazgo del PP. A preguntas de la defensa del expresidente valenciano Villarejo ha relatado cómo el coronel jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil Manuel Sánchez Corbí le comentó la artificialidad de la operación: “No ha habido más remedio que sembrar”, ha dicho el excomisario que le afirmó el jefe de UCO, unidad que realizó los informes que acusan a Zaplana de haber movido cerca 20 millones de euros de las mordidas por el amaño de los contratos. “Yo le dije que era un error usar malas artes para implicar. Que si había sospechas, habría un procedimiento ortodoxo”, ha dicho que le contestó a Corbí. “Formalmente, el interés contra Zaplana era de Inteligencia -ha continuado-. Sorprendentemente había más interés en su partido que en el PSOE”

Según José Manuel Villarejo, no solo fue esa unidad de la Guardia Civil la que intervino. También el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Y lo hizo a través de un ciudadano sirio que, tal como ha dicho el excomisario, era un confidente de los servicios de inteligencia. Imad Al Naddaf Yaloud declaró este miércoles ante el tribunal que, como representante de la comunidad árabe en Valencia, la policía le preguntó en ocasiones por compatriotas suyos y “si habíamos visto algo raro”, según indicó. Al Naddaf Yaloud alquiló un piso en Valencia en 2008 que, hasta algo más de un año antes, había sido propiedad de Eduardo Zaplana. En esa vivienda encontró, en un hueco, junto a una caja fuerte, la llamada la “hoja de ruta” de la trama diseñada para cobrar y repatriar a España las mordidas.

Villarejo, en respuesta a si hubo alguna investigación oficial o policial sobre Zaplana, ha dicho que “el interés que había era más bien político, de conseguir información por si fuera judicializable. Sorprendentemente había más interés en su propio partido en desacreditarlo que en el propio PSOE. Me consta que Alfredo Pérez Rubalcaba tenía buena opinión de él”, ha dicho.

Además de a Mariano Rajoy, ha apuntado al ex director general de la Policía, el ya fallecido Juan Cotino, como interesado en esa caída de Zaplana. “Yo era gran amigo de Cotino, me parecía un hombre honorable aunque era muy dependiente de Rajoy”. Preguntado, entonces, por si Cotino tenía interés en investigar a Zaplana, ha manifestado: “Sí. Mi convicción, por lo que vi, es que no era un interés propio sino que le pedían que lo hiciera. Él tenía muchas relaciones con Rajoy y el problema es que por las razones que sea pensaban que Zaplana podía, en el futuro, disputarle el liderazgo”. El fiscal ha optado por no hacerle preguntas.

Después de José Manuel Villarejo, este jueves ha declarado el exgerente de la empresa pública Imelsa y autodenominado “yonqui del dinero”, Marcos Benavent, que fue quien entregó a la justicia esa llamada hoja de ruta de la trama corrupta. Benavent cambió de estrategia y de versión cuando cambió de abogado, en 2022 y después de años colaborando con la justicia. Hoy ante el tribunal ha dicho que, junto al sirio, se inventó la historia del hallazgo de los documentos en el antiguo domicilio de Eduardo Zaplana. El yonqui del dinero ha tratado de justificar su cambio de relato y ha explicado que cuando fue interrogado sobre esos documentos “no estaba en condiciones porque había pasado toda la noche bebiendo y fumando” y que respondió a todo que sí. “Solo quería acabar rápido y volver a casa”, ha añadido.

Benavent ha indicado que fue su abogado, “de izquierdas” quien, en connivencia con el fiscal Anticorrupción, le instó a hinchar el caso: “Me dijo que hiciera esto grande para salpicar y perjudicar al PP, a políticos y empresarios”.

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