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Las acciones tecnológicas chinas superaron el punto de referencia más amplio el lunes. Eso puede parecer una reacción extraña a la multa de $ 984 millones que China impuso al grupo de pagos digitales Ant.
Sin embargo, los inversores esperan que la sanción, y las conversaciones oficiales con los grupos tecnológicos, indiquen que una represión regulatoria de tres años está llegando a su fin. El acercamiento llega demasiado tarde para que empresas como Ant y Alibaba vuelvan a la senda del fuerte crecimiento.
La multa de Ant es una de las más grandes registradas para un grupo tecnológico en China. El banco central encontró que Ant violó las leyes en áreas que incluyen el gobierno corporativo y la protección del consumidor. Dijo que la mayoría de los problemas pendientes se habían rectificado y ahora se centraría en la “supervisión normalizada” de Ant.
De manera reveladora, el planificador estatal de China, supervisado por el gabinete del primer ministro Li Qiang, celebró el lunes una reunión con empresas, incluido el grupo tecnológico Baidu. El objetivo: asegurar al sector privado que apoyará a los emprendedores para que “crezcan y prosperen”.
Para el gigante del comercio electrónico Alibaba, que tiene una participación de un tercio en Ant, eso significa que puede revisar un plan para incluir la subsidiaria de pagos.
Este sería un paso positivo, pero no una panacea para los problemas de Alibaba. Con su valoración original de $ 315 mil millones en 2020, la cotización de Ant habría compensado la desaceleración del crecimiento en el negocio principal de comercio electrónico de la matriz. El impacto es más moderado en la valoración actual. Ant ha propuesto una recompra del 7,6 por ciento de su capital, valorando todo el negocio en 78.000 millones de dólares.
El momento de la recompra implica que la cotización vendría, en todo caso, mucho más adelante.
Si los funcionarios se hubieran movido para tranquilizar al mercado hace un año, el impulso al sentimiento habría sido mucho más positivo. Pero los inversores todavía tienen grandes esperanzas en las acciones chinas, que protagonizaron un fuerte repunte en el último trimestre de 2022. El mero hecho de ver al fundador de Alibaba, Jack Ma, en Europa, lo que implica que la desaprobación del estado se había disipado, fue suficiente para impulsar las acciones de Alibaba.
Ha caído más de una cuarta parte desde su pico de enero. A 11 veces las ganancias futuras, cotiza a una pequeña fracción de sus pares globales. El capital global ahora ve el riesgo regulatorio chino como impredecible y severo. El débil crecimiento chino significa que hay menos en estos días para atraerlos de nuevo.
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