Compartir el poder es un esfuerzo complicado. El fundador de Salesforce, Marc Benioff, ha intentado implementar la configuración dos veces. Ninguno de los codirectores ejecutivos duró mucho. En 2020, Keith Block dejó menos de dos años en el cargo. El sucesor Bret Taylor anunció su partida el mes pasado después de poco más de un año en el cargo.
Además de Taylor, Benioff también perdió a su directora de productos, Tamar Yehoshua, y a Stewart Butterfield, director ejecutivo del servicio de mensajería Slack, propiedad de Salesforce. Después de venderse a las grandes empresas, los fundadores a menudo se apresuran a salir una vez que se concreta el trato. Sin embargo, Butterfield fue apuntado para una posible sucesión, lo que podría haberlo animado a quedarse.
El éxodo puede indicar desacuerdos en la parte superior de la organización, ya que está bajo presión para frenar su costoso hábito de adquisición. Salesforce compró Slack por 27.700 millones de dólares en 2020. La popularidad de la aplicación de mensajería durante la pandemia la convirtió en un objetivo de adquisición.
Pero Slack sigue siendo mucho más pequeño que Microsoft Teams. Al igual que las adquisiciones anteriores de Salesforce, también fue costosa (valorada en 26 veces los ingresos esperados), de rápido crecimiento (aproximadamente el 40 por ciento ese año) y generó pérdidas.
Slack podría convertirse en la interfaz fácil de usar a través de la cual Salesforce vende muchos otros programas a los clientes, como afirma Benioff. Pero la juerga de compras de Salesforce ha pesado sobre sus ingresos netos. En el último trimestre, la utilidad neta de $210 millones sobre $7.800 millones de ingresos significó un margen de menos del 3 por ciento. Oracle, un rival de crecimiento más lento, tiene márgenes tres veces mayores.

La baja rentabilidad y el escaso flujo de caja libre son aceptables cuando el crecimiento ronda el 25 por ciento. Pero en el tercer trimestre los ingresos aumentaron un 14 por ciento respecto al año anterior. La orientación para el año es un 17 por ciento bastante deprimente a medida que las empresas reconsideran el gasto. Eso explicaría por qué el precio de las acciones de Salesforce ha comenzado a ir a la zaga no solo de Oracle sino también de SAP de Alemania durante el año pasado.
No es de extrañar que el inversionista activista Starboard Value haya surgido como accionista, agitando por el cambio. Según los informes, Benioff todavía busca ofertas. Pero cualquier indicio de más fusiones y adquisiciones debería resultar impopular.
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