Las tres semanas de parón estival no han amedrentado la sed de victoria de Pecco Bagnaia, resuelto a demostrar una y otra vez, las veces que haga falta, por qué es el puntal de Ducati y el bicampeón del mundo reinante en la categoría reina. Con un fin de semana inmejorable, comandando todas las sesiones en el GP de los Países Bajos con la excepción del warm up, el turinés volvió a hablar en pista todo lo que se reserva fuera de la misma. Es la primera vez en su trayectoria que domina de cabo a rabo, sin fisuras, un gran premio de viernes a domingo, liderando además todas las vueltas en carrera tanto el sábado como el domingo.

Su victoria en Assen, la catedral del motociclismo y uno de sus circuitos favoritos, subraya el gran momento del italiano, que logró su segundo pleno de puntos consecutivo en el certamen y recorta a 10 puntos su desventaja sobre Jorge Martín. El madrileño, segundo clasificado a más de tres segundos del número uno, fue incapaz de replicar la finura y precisión de su gran rival por el título, pero se marchó satisfecho tras firmar su primer podio en el trazado neerlandés y mantener el liderato del Mundial. Enea Bastianini, cuarto en la tabla, completó el podio tras otra remontada notable desde la undécima plaza en parrilla.

Bagnaia, que lleva este circuito tatuado en el brazo derecho para conmemorar su primera victoria mundialista en Moto3, en 2016, simplemente estuvo un nivel por encima del resto. Sus números aquí cuentan también su flechazo con el único trazado que siempre ha estado presente en los 75 años de historia del certamen: es el primer piloto que encadena tres victorias seguidas aquí en el siglo XXI y su triunfo le iguala ya con Casey Stoner como el piloto más laureado encima de una Desmosedici con 23 triunfos.

“He disfrutado muchísimo este fin de semana, hemos dado en el clavo y todo ha ido perfecto”, decía en el parque cerrado. “Hace falta ser preciso, fluir, ser dulce, entrar fuerte pero aguantar bien la moto porque tiende a moverse mucho”, explicaba en las jornadas previas para desgranar su ritmo sin parangón en un circuito vertiginoso, plagado de curvas rápidas. Tanto Martín como Márquez, compañeros de escuadra, tenían los datos para entender dónde era superior a ellos, pero ni con estas fueron capaces de contestarle. “Pecco ha sido muy superior al resto, y el ritmo ha sido demoledor, un segundo por vuelta más rápido que el año pasado. Solo queda darle la enhorabuena, ha sido imbatible”, reconocía el piloto del Pramac.

El 93, por su parte, frustrado y sorprendentemente poco agresivo este domingo, no pudo replicar el ritmo de los dos cabecillas de Ducati y terminó cabreado con su rendimiento a pesar de rascar una cuarta plaza que le mantiene en la tercera posición del campeonato. El de Gresini se dejó adelantar cuando ocupaba posición de podio para poder seguir rueda y evitar que la presión de su neumático cayera demasiado, y hasta en dos ocasiones montó algo de lío al frenar a propósito y dar la iniciativa a Fabio DiGiannantonio, del VR46 Racing.

Esos parones los aprovechó Bastianini para emerger desde la zona media del pelotón y encaramarse al podio, en una lucha por las migajas que dejaron Bagnaia y Martín para el resto. El riminés cruzó a casi cuatro segundos de sus dos compañeros en el podio, en una prueba sin demasiada historia en las posiciones de cabeza. Un par de errores de Maverick Viñales, el único capaz de colarse entre las Ducati por delante, apearon del podio al piloto de Aprilia. En menos de una semana, en Sachsenring, el certamen llega al jardín de Márquez con el de Cervera buscando confirmar sus posibilidades de cara a llevarse el título este mismo año. En Alemania faltará saber si pueden participar Aleix Espargaró y Alex Rins, que terminaron magullados tras sendos trompazos sufridos en Assen.

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