El cambio hacia una sociedad sin efectivo se aceleró en la pandemia. Durante la última década, los pagos en efectivo en el Reino Unido se redujeron del 55% al 15% del total. Tres de cada 10 británicos no utilizan billetes ni monedas ni siquiera una vez al mes.
Las posibles desventajas incluyen mayores riesgos de fraude y exclusión financiera. ¿Podría la muerte del efectivo dañar también las habilidades numéricas?
El mayor problema se refiere a los niños pequeños. Muchos padres están dando a sus hijos poca experiencia con monedas y billetes, según una investigación de 2019. Algunos asumen que es innecesario, dado el movimiento hacia el dinero invisible. Los maestros no están de acuerdo, según un estudio del Servicio de Dinero y Pensiones.
Dominar las matemáticas tiende a ser un viaje de lo concreto a lo abstracto. La familiaridad cada vez menor de los niños con las monedas significa que deben saltar directamente a lo abstracto. Bobby Seagull, profesor de matemáticas y locutor, dice que existe el riesgo de dañar su desarrollo intelectual.
Salir del hábito del efectivo también es un problema para los adultos. Agitar un teléfono sobre una terminal sin contacto no implica la “sensación de pérdida” que proviene del fajo agotado. Su velocidad y facilidad hacen que sea más difícil detectar errores.
Eso se suma a otras tendencias que disminuyen la importancia de los cálculos mentales. Disminución de la fluidez con los números establecidos con el uso de la calculadora, según un estudio de 2016 de estudiantes canadienses e irlandeses del norte. La velocidad y la precisión para resolver problemas como 34 + 17 se redujeron en al menos una cuarta parte en 20 años. El crecimiento de los teléfonos inteligentes hizo que las sumas de bricolaje fueran aún menos comunes. Incluso los juegos de dardos pueden incluir un marcador automatizado en estos días.
La importancia de las habilidades rápidas de cálculo mental puede ser exagerada. La aritmética se trata tanto de pensar y razonar como de “hacer sumas”, según la organización benéfica National Numeracy.
Pero el dominio de las habilidades básicas genera confianza. Es probable que las personas que hacen sumas en el trabajo también las empleen en la vida cotidiana, dice la OCDE. Cuando se trata de matemáticas, se aplica la máxima de “úsalo o piérdelo”. Las transacciones sin efectivo seguramente están contribuyendo al declive de la aritmética mental.
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