Los bancos estadounidenses más pequeños tienen grandes problemas. Por ahora, su enfoque está en la supervivencia. Es por eso que la Coalición de Bancos de Tamaño Medio de América ha abogado por una extensión del seguro de depósitos para contener las salidas. Pero incluso después de que se restablezca la estabilidad, la capacidad crediticia de los bancos regionales se verá severamente limitada. Eso dañará la economía estadounidense.
La solicitud de ampliar el seguro federal de depósitos a depósitos de más de $250,000 durante los próximos dos años muestra que la desconfianza en los bancos estadounidenses tiene su propio impulso. La MBCA argumenta que la medida detendría inmediatamente el éxodo de depósitos.
No debería haber llegado a esto. Quienes se oponen a los depósitos libres de riesgo se preocupan con razón por el riesgo moral.
Aun así, podrían ser necesarias garantías temporales. La expresidenta de la FDIC, Sheila Bair, dice que la fuga de depósitos podría hacer que los bancos más grandes sean aún más grandes, mientras que los prestamistas sanos se meten en problemas.
Los reguladores y los políticos harán todo lo posible para evitar esa amenaza. Además de extender potencialmente el seguro de depósitos, brindan acceso a una amplia liquidez. Sin embargo, incluso si logran calmar la crisis inmediata, los bancos estadounidenses más pequeños llevarán las cicatrices.
El problema no es solo que es probable que se reconsideren las ventajas de los bancos regionales sobre los rivales más grandes (regulaciones más indulgentes y requisitos de capital más bajos). También es que algunos de los depósitos que se han reubicado en el pánico actual no van a regresar.
Si los bancos regionales se quedan con una base de depósitos más pequeña, podrían, en principio, obtener liquidez del Programa de Financiamiento de Cartera Bancaria de la Reserva Federal. Sin embargo, su costo relativamente alto (el Overnight Indexed Swap de un año más 10 puntos básicos) lo convierte en una fuente poco atractiva de nuevos préstamos, dicen los analistas de Jefferies.
Eso apunta a una crisis crediticia que afectará a Main Street, no a Wall Street. Los bancos regionales ayudaron a impulsar el auge de las pequeñas empresas. Su disposición a prestar ya se estaba desvaneciendo incluso antes de las últimas corridas bancarias. Ampliar la garantía de los depósitos los apuntalaría. Eso no evitará la crisis crediticia que se avecina, pero la haría menos severa.
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