Nadie pone en duda que la alimentación ha de ser saludable, aunque el ajetreado ritmo de vida no siempre lo permita. Y, hoy por hoy, no basta con eso: todo el mundo sabe (o debería saber) que cuidar de nuestro cuerpo a través de lo que ingerimos significa también velar por la salud del entorno. Pero de nada sirve comer de todo, si en el empeño arrasamos y contaminamos el planeta. La industria de la alimentación tiene una responsabilidad crucial, en este sentido: no se pueden producir alimentos saludables si el entorno no lo es también. Por ello, la sostenibilidad se ha convertido en uno de los pilares del sector agroalimentario.

La transformación sostenible del modelo agroganadero es actualmente uno de los principales retos, pero también a medio y largo plazo. Danone, empresa líder mundial de alimentación y bebidas y referencia en la categoría del yogur, cuenta con una visión holística que considera por igual los aspectos nutricionales y el respeto al medio ambiente en toda su cadena de valor. En su labor pionera lleva más de 10 años mejorando el modelo para garantizar la sostenibilidad del campo. Lidera una ambiciosa transformación de la industria láctea para alumbrar al que debe ser el yogur del futuro: saludable y sostenible desde el origen -la granja- hasta el consumidor, sin olvidar la distribución.

Reducir la huella de carbono

El yogur es uno de los alimentos de origen animal de menor impacto en emisiones de CO₂, tal y como refleja el reciente informe Estimating the environmental impacts of 57.000 food products, publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU. Pero hablar del futuro sostenible de la categoría del yogur pasa principalmente por reducir aún más la huella de CO₂ desde la explotación ganadera, ya que representa la mayoría de las emisiones. El año pasado Danone impulsó, junto a otros agentes clave, el Informe BACA, por un sector lácteo Bajo en Carbono, que sentó las bases estratégicas para todos los actores involucrados en la producción láctea.

Los primeros frutos de la descarbonización ya son visibles: solo en los últimos cinco años, Danone ha conseguido reducir en un 20% las emisiones de CO₂ de sus productos lácteos. Ahora, el objetivo es disminuir dichas emisiones hasta un 37% para 2030. Las principales palancas que han permitido este importante logro se basan en el cuidado eficiente del ganado, centrado en el bienestar animal; en la gestión del estiércol para favorecer la salud del suelo, y en una alimentación de proximidad e innovaciones para la reducción del metano, como la introducción de aditivos que contribuyan a mejorar la digestión de las vacas. A ello se añaden importantes medidas en las áreas de la energía y la digitalización.

Trabajo en equipo para avanzar

“El modelo agroganadero que promovemos requiere del compromiso de múltiples actores de toda la cadena, con los que somos capaces de avanzar de forma conjunta”, explica François Lacombe, director general de Danone Iberia. “No se trata solo de dar soporte a nuestros socios en esta transición durante los próximos años, sino también de asegurar que nuestros esfuerzos tengan un impacto real en la salud del planeta y de nuestros consumidores”.

Ejemplo de este trabajo en equipo es la granja More Holstein, con la que Danone colabora desde hace más de 43 años. Situada en Bétera (Valencia), este negocio familiar se ha convertido en la primera granja de Europa que ha obtenido la prestigiosa certificación B Corp. Se concede a las empresas que cumplen con rigurosos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia pública y responsabilidad legal.

El total de la leche producida en More Holstein se destina a la fábrica de Danone en Aldaya, situada a apenas 24 kilómetros: supone el 25% de las necesidades de la planta, la más grande y con la mayor instalación de placas solares de la compañía a nivel europeo. Para 2025, Danone aspira a convertirse en una de las primeras empresas en obtener la certificación global B Corp en todos los países que opera. En España ya es la compañía de alimentación con el sello B Corp de mayor tamaño y puntación.

El modelo agroganadero que promovemos requiere del compromiso de múltiples actores de toda la cadena, con los que somos capaces de avanzar de forma conjunta. Se trata de asegurar que nuestros esfuerzos tengan un impacto real en la salud del planeta y de nuestros consumidores

François Lacombe, director general de Danone Iberia

Patrones de vida más saludables

El resultado de todos estos esfuerzos en favor de la sostenibilidad del planeta tiene su reflejo en la salud del ciudadano. El consumo frecuente de yogur y leches fermentadas está asociado a patrones de vida más saludables y a una mejor calidad de la dieta. Se trata de un alimento de alta densidad nutricional y una fuente reconocida de calcio que, además, aporta muchos micronutrientes (potasio, vitamina A, B12, B5 y D, zinc, fósforo, ribiflavina y magnesio).

“El futuro del yogur es saludable y sostenible, porque menos es más: menos impacto medioambiental, más nutrición. Para nosotros lo esencial es cuidar de las familias y ofrecer los mejores productos para las personas y para el planeta”, afirma Silvia Canals, responsable de Sostenibilidad en Danone Iberia. “Y eso empieza en el campo, en nuestras granjas familiares. Porque cuanto mejor están nuestras vacas, más nutritivo será nuestro yogur”, concluye.

Las cinco claves del bienestar

El futuro del yogur apunta a la salud y la sostenibilidad, con más nutrición y menos impacto medioambiental. Se basa en cinco ejes esenciales:

• Granjas con menos emisiones de CO₂. Explotaciones familiares que apuestan por el bienestar animal y por una alimentación de proximidad: promueven un uso responsable de los recursos y contribuyen a reducir el desperdicio.
• Nuevos modelos de envasado. Envases 100% reciclables, reutilizables o compostables, que minimizan el empleo de plástico virgen.
• 100% energía renovable. Una apuesta decidida por las energías limpias. No solo en el origen, sino en toda la cadena de producción.
• Residuos cero. Reducción al mínimo del desperdicio en toda la cadena de valor, gracias a la apuesta tecnológica y al proceso de transformación sostenible.
•Nutrientes esenciales con la máxima calidad. El yogur del futuro debe seguir ofreciendo máximos beneficios a la salud: se trata de un excelente vehículo de probióticos, con proteínas de la máxima calidad y fuente de calcio.

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