Siete magistrados a favor y cuatro en contra. O al revés, cuatro a favor y siete en contra, según toque dictaminar sobre un asunto que beneficie o perjudique al Gobierno central o a la oposición. El actual TC ha conseguido algo realmente triste. Ya no es noticia su posición ante una sentencia, que se ha convertido en tan previsible como el color del partido que gobierna, sino el momento político en el que la va a dictar. El TC llegó a tener presidentes tan irreprochables como Francisco Tomás y Valiente. Seguramente, el TC no podrá recuperar el prestigio y respeto que tuvo en el pasado. Esto ya se asume, pero no descartemos que se degrade todavía más.

Compartir
Exit mobile version