El cordón sanitario funciona. Está maltrecho, no están todos los que podrían estar y no es nada seguro que los ciudadanos sigan las consignas de los jefes de su partido cuando les instan a evitar la llegada de la extrema derecha al poder.

Pero esta semana la izquierda y el centro franceses han retirado de la segunda vuelta de las legislativas, que se celebrará este domingo, a más de 200 candidatos, y la campaña ha cambiado. Se trataba, con la renuncia de candidatos, de concentrar el voto en aspirantes de otros partidos con posibilidades de batir al favorito, el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen (RN).

Al cierre de la campaña, parece que este frente republicano, como se conoce en Francia el cordón sanitario, puede servir para evitar que la extrema derecha obtenga la mayoría absoluta y pueda formar gobierno. Los institutos de sondeos coinciden: el RN obtendrá entre 190 y 240 diputados, lejos de los 289 que marca el umbral de la mitad más uno del total de escaños.

Las horquillas son muy amplias y, al celebrarse centenares de elecciones simultáneas paralelas en cada distrito, resulta difícil prever el comportamiento de los votantes. Pero, en conversaciones de EL PAÍS en los últimos días de campaña con responsables de dos de los principales institutos de sondeos, se desprenden dos conclusiones.

La primera es que el RN, que fue la fuerza más votada en la primera vuelta con más de 10 millones de electores, multiplicará en la segunda el número de diputados actuales y será, por primera vez en la historia de Francia, la mayor fuerza parlamentaria. La segunda conclusión es que debería haber, para que el partido de Le Pen obtuviese la mayoría absoluta, una movilización inesperada de votantes del RN, una desobediencia masiva de los votantes de partidos del frente republicano, y una abstención netamente más elevada que en la primera vuelta.

“Hay un avance muy fuerte del Reagrupamiento Nacional respecto a las anteriores legislativas sin que, hoy por hoy, pueda obtener una mayoría absoluta”, resume Jean-Daniel Lévy, director delegado de Harris Interactive France. “Nos orientamos por ahora hacia una situación inédita en la V República con 190 a 220 diputados para el RN, sin ninguna fuerza política que llegue por delante”. Su instituto daba el jueves entre 190 y 220 escaños al RN, seguido de entre 159 y 183 escaños para la izquierda, y entre 110 y 135 para el centro macronista.

Según Lévy, que el RN se quede lejos de la mayoría de 289 se explica porque, desde este martes, existe lo que llama “una nueva oferta política”. Esta “nueva oferta política” es el frente republicano.

En la primera vuelta, el domingo pasado, en más de 300 distritos se clasificaron para la segunda tres candidatos, al haber superado estos el umbral de votos del 12,5% del censo. Las elecciones triangulares favorecían la victoria en cada distrito del candidato de la extrema derecha, pues dispersaban el voto en contra. Los duelos, en cambio, concentran el voto. Tras los abandonos de los candidatos macronistas y de la coalición de izquierdas, el número de triangulares se ha dividido por tres y las posibilidades del candidato del RN para ganar se han reducido, siempre que los electores sigan este domingo las indicaciones de voto del frente republicano.

Antisistemas frente a republicanos

Bernard Sananès, presidente del instituto Elabe, ve dibujarse dos bandos en la fase final de estas elecciones: un frente antisistema encarnado por los lepenistas, y un frente republicano. Sananès es cauto sobre las predicciones, pero afirma: “El frente republicano parece tener más capacidad de movilización que el frente antisistema”. Su instituto da entre 200 y 230 escaños al RN, seguido de entre 165 y 190 escaños para la izquierda, y entre 120 y 140 para el centro macronista.

Este resultado sería extraordinario para el RN, que en las legislativas de 2022 obtuvo 89 diputados y en las de 2017, 8. Y sería catastrófico para los de Macron, que han pasado de tener la mayoría absoluta hace siete años a una mayoría de 250 escaños hace dos y ahora sería la tercera fuerza.

Pero la política es un juego de expectativas. Y en el hemiciclo que vislumbran los sondeadores, el centro sale malparado, pero no tanto como temían muchos de sus diputados después de que el 9 de junio Macron disolviese por sorpresa la Asamblea Nacional. Y el RN, que hace unos días se veía ya con mayoría absoluta y en el Gobierno, ahora rebaja las expectativas, y la propia Le Pen sugiere la posibilidad de buscar un Gobierno de coalición con diputados de la derecha moderada.

¿Qué ha ocurrido entretanto? Primero, el frente republicano. Segundo, los errores no forzados en campaña del RN. Uno es la propuesta de excluir a los franceses con doble nacionalidad de cargos estratégicos de la Administración. A oídos de muchos franceses, esta propuesta reaviva la imagen de xenofobia de la que Le Pen ha intentado alejarse desde que en 2011 asumió las riendas del partido. Como subraya Lévy, “globalmente la sociedad francesa no es tan crítica con los extranjeros como a veces se dice”, y además “la binacionalidad afecta a una parte importante de la población”. Es algo muy francés tener dos pasaportes, y un ataque a esta población puede percibirse como un ataque a la Francia abierta y universal.

¿Y qué más ha ocurrido estos días para que, como dice Sananès, “la dinámica del RN se haya bloqueado”? A medida que avanzaba la campaña, se conocían detalles de los perfiles de los candidatos, y muchos de ellos desmentían los esfuerzos de Le Pen por “desdemonizar” al partido.

La prensa y los rivales políticos han minado los mensajes y trayectorias de decenas de estos desconocidos que quizá a partir de la próxima semana se sienten en la Asamblea Nacional. El primer ministro saliente, el macronista Gabriel Attal, ha afirmado que “uno de cada tres candidatos del Reagrupamiento Nacional ha hecho declaraciones sexistas, racistas, antisemitas u homófobas”. Jordan Bardella, delfín de Le Pen y su candidato a primer ministro si el RN obtiene la mayoría absoluta, se ha defendido diciendo que estos candidatos son “ovejas negras”.

Es como si, en la fase final de la campaña, regresasen los viejos fantasmas de la extrema derecha. Como si en los últimos metros, el pasado les atrapase.

Pero está por ver si los de Le Pen no dan la sorpresa y alcanzan la mayoría absoluta. O si quedan cerca y pueden gobernar en coalición. Y, en todo caso, como dice Jean-Daniel Lévy, el juego de las expectativas no debería llevar a confusión. “Aunque el Reagrupamiento Nacional solo tuviese 180 diputados, que es una hipótesis muy baja, políticamente sería un terremoto”, dice. “Sea cual sea el resultado del escrutinio, ya se puede considerar que será una verdadera victoria para el RN”.

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